martes, 23 de junio de 2009

De Juventudes y Jóvenes

Humberto Abaunza, Msc. [1] [2]
Junio 2009

I.- Las paradojas de los jóvenes de hoy
En el 2004, la CEPAL[3] puso en evidencia lo que se llamó las paradojas de los y las jóvenes iberoamericanos. En resumen destacó que los jóvenes de hoy:
- Tienen más acceso a la educación y menos acceso al empleo.
- Tiene más acceso a la información y menos acceso al poder.
- Tienen más expectativas de autonomía y menos opción para realizarla.
- Están mejor provistos de salud pero menos reconocidos en su morbi-mortalidad.
- Son más dúctiles y móviles pero más afectados por trayectorias migratorias inciertas.
- Son más aptos para el cambio productivo, pero más excluidos de este.
- Son considerados por unos, receptores de políticas y, por otros, protagonistas del cambio.
- Se ha expandido su consumo simbólico, pero se ha restringido su consumo material.
- Se debaten entre la autodeterminación y protagonismo por una parte, y la precariedad y desmovilización por otra.

Pero, ¿Qué es la juventud? ¿Qué son los jóvenes?

II.- Diversidad de perspectivas para aproximarnos al joven
Aunque tradicionalmente, se ha identificado la juventud como una ‘etapa de transición’ entre la niñez y la adultez,[4] en realidad existen diversas perspectivas para aproximarnos a lo juvenil.

Unas nociones conciben al joven desde: la incompletud (carentes de controles y límites, inmaduros, en construcción identitaria); la transitoriedad (de paso entre la niñez y la adultez, sin un lugar definido, en preparación para); la vulnerabilidad (portador del riesgo, susceptible al daño, tanto propio como a la sociedad); la peligrosidad (en tanto sujeto incompleto, transitorio y vulnerable es proclive por ejemplo a la violencia y/o la delincuencia). Indiscutiblemente, aquí prima la lectura de un sujeto problema, que por tanto requiere particular atención de las instancias sociales para encauzarles y adaptarlo socialmente.

Otra noción del joven que contrasta con la anterior es la de portador de una cultura específica (subcultura, culturas juveniles, microculturas, etc.). Desde esta perspectiva, por un lado, se estigmatizan las expresiones de los y las jóvenes y, por el otro, se reconocen sus culturas específicas y su valor de recreador de la cultura de su época.

Una tercera noción es del joven como actor de ciudadanía (depositario de la transformación social, motor del cambio, protagonista de la sociedad). Los y las jóvenes son considerados como sujetos de derechos, participativos, visibles en el escenario público, actores en el desarrollo y progreso de las comunidades.

III.- La noción de juventud es histórica y social
La juventud es entendida como una construcción social, en un tiempo y en un espacio determinado. No existe una sola manera de entender la noción de juventud.

La juventud es un período que se inicia con la capacidad del individuo de reproducir a la especie humana y termina cuando adquiere la capacidad de reproducir la sociedad.[5]

La noción de juventud se refiere a la edad social mientras que la noción de adolescencia se refiere a la edad biológica.

Se superponen las nociones de adolescencia y juventud. Se considera que la juventud engloba la adolescencia, pero la adolescencia no engloba la juventud.

La noción moderna de juventud surge a partir de las industrias culturales después de la segunda guerra mundial.

IV.- Los marcadores de inicio y fin de la juventud están cambiando
No hay consenso en delimitar a la población joven a partir de cierto rango de edad. Mientras Naciones Unidas los sitúa entre 15 y 24 años de edad, Nicaragua entre 18 y 30 años, Costa Rica entre 12 y 35 años, y Honduras entre12 y 30 años, solo para ilustrar algunos casos cercanos.[6]

El inicio de la juventud se ha asociado con la pubertad y los cambios que dicho proceso conlleva. El límite entre juventud y adultez se ha asociado al inicio de la vida laboral y la conformación de una nueva familia. Sin embargo, dependiendo de épocas y culturas, de clases sociales y grupos étnicos, el inicio del ‘tránsito’ es cada vez más pronto y/o del ‘paso’ a la adultez cada vez más largo.

No existe un mismo marcador para todos los países ni grupos sociales. Tiene que ver con las actividades que realizan (estudiar y/o trabajar), su grado de independencia y autonomía (económica y afectiva) y al rol que ocupan en la estructura familiar (hijo, jefe de hogar o cónyuge).

La juventud es una ‘etapa’ muy dinámica, que se encuentra hoy en proceso de reconfiguración, como efecto de las profundas transformaciones ocurridas en los últimos años.

¿Cuáles han sido esas transformaciones?

V.- Las transformaciones actuales
Algunos autores, consideran los cambios actuales como la configuración de un nuevo horizonte generacional.[7] ¿Cuáles son los aspectos que nos ayudan a comprenderlo?

Primero, la emergencia de las nuevas tecnologías de comunicación e información: los jóvenes actuales se encuentran conectados con el mundo a través de múltiples pantallas, privilegian el lenguaje audiovisual, hacen más uso de la tecnología que los adultos, la multimedia y el hipertexto son formatos distintos de conocimientos y son maneras distintas de conocer la realidad, está cambiando la forma de organizar y estructurar la comprensión del mundo y la manera de sentirlo, su pertenecía a grupos culturales públicos (rock, pandillas, etc.,) y privados (amigos, esquina, universidad) se complementan y dialogan con otras tendencias culturales en Internet en los cuales se globalizan.

Segundo, los desplazamientos de la socialización vertical (padres, maestros) a la socialización lateral (amigos, pares) y la socialización lúdica (televisión): por un lado, los hermanos mayores, los vecinos y los amigos de juegos cumplen las funciones de soporte cognitivo y de orientación, por el otro, la televisión adquirió la responsabilidad del entretenimiento y la educación de los niños y jóvenes, al mismo tiempo que se situó como la fuente de aprendizaje social, ocupando un lugar predominante en la adquisición de las nociones de sociedad y comportamiento público.

Tercero, las transformaciones en la producción de conocimiento: el desplazamiento de la escritura racional a lo lúdico audiovisual, el consumo intensivo de la televisión por parte de los jóvenes hace que la imagen releve al mundo de la escritura, el uso del Internet y de los cd-rooms como fuente más precisa de conocimiento conlleva un cuestionamiento a la autoridad basada en el conocimiento enciclopédico, la escuela está en crisis por haber sido concebida a principios del siglo pasado cuando el lenguaje imperante y vivo de la sociedad era el escritural y por encontrarse en desfase frente a las necesidades culturales y ciudadanas actuales.

Cuarto, la cultura masiva y la cultura juvenil: los medios de comunicación han pasado a ser el vértice de la construcción de la cultura contemporánea y de la cultura juvenil en particular, el lenguaje audiovisual es el lenguaje preferencial de las y los jóvenes, nuevas sensibilidades juveniles surgen en la interacción con las nuevas tecnologías de información y comunicación.

Quinto, la juventud como modelo y como target del mercado: se amplía y diversifica la oferta del mercado donde los jóvenes son los consumidores y la juventud el modelo a seguir, sin embargo, la incorporación de las juventudes latinoamericanas al mercado se produce en el marco de la tercera revolución tecnológica, de desarrollo de tecnologías que despliegan la individualidad y con un gran peso en la información y la expresión cultural.

VI.- De la juventud a las juventudes
Existe un cuestionamiento a la noción homogenizante de juventud en tanto desconoce la naturaleza variada de los sujetos y grupos que puede aglutinarse en torno a ella. Con la noción de juventudes se pretende dar cuenta de la diversidad y de la diferencia con el propósito de reconocer de partida, que los y las jóvenes no constituyen un sujeto social homogéneo.

Entre las categorías que dan cuenta de esta diversidad encontramos:
- Urbano – Rural: con la cual se pretende dar cuenta de los contrastes en los procesos de subjetivación que viven los sujetos según el contexto en el que se desenvuelven.

- Clase social: que permite identificar las especificidades de los y las jóvenes con relación al lugar que ocupan en la distribución de diferentes capitales: económicos, sociales, políticos y culturales.

- Género: que pone de relieve las formas en que culturalmente se constituye lo que es ser hombre y mujer en colectividades específicas.

- Orientación sexual: con el propósito de identificar las adscripciones identitarias que manifiestan formas singulares de asumir el deseo y la sexualidad.

- Étnico – Racial: para hacer referencia a los procesos particulares en los que emerge una condición juvenil en grupos étnicos.

- Discapacidad: para visualizar a las y los jóvenes que como condición de nacimiento o por un hecho accidental, ven alteradas algunas de sus capacidades físicas y mentales.

VII.- Adolescencia, moratoria social, generación y cultura juvenil
Algunas de las nociones más comunes en la comprensión de la juventud son: adolescencia, moratoria social, generación y cultura juvenil.

La adolescencia es entendida como un período de paso de la niñez a la adultez. Tránsito de un estado de total dependencia económica y social a un estado de relativa independencia. Refiere a un cuerpo en cambio: madurez sexual, evolución de procesos psicológicos, cambios en los patrones de identificación. La palabra adolescentes viene del latín adoléscens, ‘adolezco’, cuyo significado es ‘crecer’, ‘ir en aumento’, ‘tomar cuerpo’. Frecuentemente se le agregan adjetivos de carencia, impulsividad, falta de control. Esto conduce a las representaciones del joven como sujeto influenciable, peligroso y en búsqueda de su identidad. Se tiende a asumir lo adulto como ideal. Subyace una lectura de la juventud como “fase de crisis”. El presente de un joven no importa tanto como su inserción a un futuro en los lugares sociales esperados.

La moratoria social alude a la existencia de un ‘período de preparación’ del sujeto, de adquisición de los activos necesarios, antes de adscribirse al mundo adulto, insertarse en el sistema productivo, ser autónomo respecto a su familia de origen y fundar su propia familia. La educación se constituye en la garantía para la culminación de dicho proceso. Se consideran problemáticas todas las experiencias juveniles que no se inscriben en esta lógica.

La noción de generación se correlaciona con la idea de la juventud como motor del cambio social. La idea es que la sociedad hace uso de los grupos más jóvenes constituyéndolos en fuerzas revitalizadoras. El relevo generacional, hace referencia a nuevas generaciones convocadas a desarrollar la sociedad y corregir vicios y problemas anteriores. Otra acepción de la noción de generación pone el énfasis en el conflicto entre el mundo juvenil y el mundo adulto, caracterizado muy frecuentemente como opuestos y bipolares. El conflicto generacional es una relación directa entre las palabras joven y viejo, alude a una lucha entre quienes detentan poder y sus sucesores al interior de un campo determinado.

La noción de cultura juvenil se asume para conceptualizar ciertas agrupaciones de jóvenes. A partir de ella, nos imaginamos lo que las y los jóvenes son. Estudia la juventud en los contextos urbano. Las bandas juveniles en tanto subcultura emergente como respuesta a la desorganización social y la marginalidad. La cultura adolescente como la expansión de la sociedad de consumo. Las estéticas, sensibilidades, prácticas y rituales de las tribus urbanas.[8] Una subcultura es un ‘mapa de significación’ que hacen inteligible el mundo a sus miembros, desde la distinción o diferencia que los caracteriza frente al colectivo supuestamente ‘normal’.[9]

VIII.- Las representaciones adulta de las y los jóvenes
Los jóvenes son representados como un problema social. Personas en alto riesgo que demandan especial atención. Pandilleros, delincuentes, criminales, chinelas de gancho, masajistas, prostitutas, ignorantes, desarticulados de la vida social, económica y política del país.

Los jóvenes son considerados incompletos. En una etapa de incertidumbre. No son niños, pero tampoco son adultos. Inmaduros e incapaces de asumir responsabilidades. Con responsabilidades pero sin derechos.

Los jóvenes son vistos como el futuro del país. Depositarios de la esperanza de transformación social. Tienen la misión de llevar a cabo lo que los adultos, sus padres no lograron hacer.

Los jóvenes como portadores del cambio, revolucionarios e innovadores. Sujeto dinamizador del cambio social y político. Actor protagónico, agente de inconformidad y de resistencia. Sujetos del presente, del aquí y el ahora.

Los jóvenes como consumidores de productos culturales, de los medios de comunicación.[10] Se convierten en ‘target’ de las campañas publicitarias, intentando hacerles partícipes de un mercado de productos y ofertas culturales, políticas y sociales. Se les invita a consumir no sólo producto sino actitudes, maneras de ser, pensar y actuar en sociedad.

Adultos y adultas rinden culto a lo juvenil. Este culto se manifiesta en el culto a la lozanía, la adaptabilidad, el hedonismo y la vitalidad.

El ‘ser joven’ se convirtió en un bien preciado por los y las adultas. Se lucha con el gimnasio, las dietas, la moda, la música, los lenguajes, los espacios, en fin, con el consumo, para no dejar de ser joven.

Se inventan las nociones de ‘adulto joven’ y ‘juventud acumulada entre otras, con la esperanza de que la juventud no nos abandone.

IX.- Un vistazo a las y los jóvenes desde los proyectos
Un estudio realizado en el 2006 mostró que en los programas y proyectos que se realizaban desde-con-y para la juventud en Nicaragua coexistían varios paradigmas.

En muchas organizaciones de la sociedad civil, los proyectos partían del paradigma de la juventud como etapa de tránsito a la adultez, en consecuencia, la mayoría de sus acciones estaban orientadas hacia la extensión de la cobertura educativa, vía la asignación de becas o, hacia el uso sano del tiempo libre, a través de la promoción de ligas deportivas.

Por su parte, en los gobiernos locales y regionales privaba el paradigma del “joven problema” y de “los grupos en riesgos”, con los correspondientes proyectos y actividades para ‘reducir la violencia juvenil’ y ‘el consumo de drogas’.

En menor intensidad se observaron experiencias y acciones que privilegiaban la participación y ciudadanía juvenil, orientadas a la construcción de agendas juveniles, foros de juventud y planes municipales de juventud.

X.- La mirada de las y los jóvenes sobre la juventud
En una investigación realizada en los años 90[11] encontramos que para las y los jóvenes, la juventud era una:
- Etapa de cambios y transformaciones: cambios físicos relacionados con el desarrollo del cuerpo; sociales referidos a la ampliación de sus relaciones interpersonales; psicológicas vinculados a la madurez y responsabilidad; morales afín a la adquisición de nuevos valores sociales e individuales.

- Etapa de vitalidad, diversión y sociabilidad: expresando un conjunto de atributos positivos, de ahí la juventud es “la época más bella de todo ser humano”, “el período en el cual las energías sobran y el entusiasmo puebla”, “etapa de disfrute de la vida, diversión, aventura y goce de los placeres de la sociedad”, “momento de cultivar amistadas, de compartir y participar en diferentes actividades”.

- Etapa del amor y la atracción por el sexo opuesto: momento del despertar, del noviazgo, las caricias, los besos y las primeras relaciones sexuales.

- Etapa de decisiones y oportunidades: considera como el momento de “definición del rumbo que se le quiere dar a la vida”, de “proyectar qué es lo que se quiere ser”. El énfasis está dado al período de aprendizaje, estudio y preparación profesional como condición y posibilidad de inserción social.

- Etapa de exigencia social: constatando que la proyección de sus vidas a largo plazo, (¿Qué quiero hacer?)’ no está constituida de manera autónoma, sino que responde a una demanda social, y en particular a la pregunta adulta (¿Qué vas hacer?). El hacer está referido a una actividad, un oficio, una profesión, un hacer en el mundo.

- Etapa de tránsito a la adultez: el ‘ser joven’ concebido como un ‘ser transitorio’, marcado por la temporalidad, la “juventud como una oportunidad para el futuro”, “un tiempo de exigencias para llegar a ser alguien”, cada una de sus acciones condicionadas y en función de alcanzar su pleno desarrollo: ‘ser adulto’.

XI.- Pistas de aproximación a lo juvenil
De manera particular, es preciso apreciar sus propias sensibilidades, entre otras las siguientes:

Lo juvenil se funda en una actitud escéptica: muchachas y muchachos construyen organizaciones marginales, cada uno se ve remitido a así mismo, creen en la democracia de los pequeños grupos, viven transformando lo local sin necesariamente cuestionar lo global.

Lo juvenil se comprende desde el movimiento: son nómadas que buscan un lugar en el mundo, juegan con las normas, el consumo implica multiplicidad, simultaneidad, intermitencia, los jóvenes son viajeros, recuerdan lugares que nunca han visitado, coquetean con las voces de las y los locutores, importa el aquí y el ahora.

Lo juvenil expresa un nuevo régimen de percepción: se caracteriza por no estar centrado en el discurso, sino en imágenes, estilos, sentimientos y emociones, que finalmente estructuran argumentos y explicaciones.

Lo juvenil se junta en redes: las formas de significación juvenil –rock, pandillas, cuarto, bares, etc.,- son lugares que expresan un enorme deseo de justicia, revela la incapacidad adulta para comprender culturalmente los espacios de significación que van más allá del Estado, la comunidad, la escuela y la familia.

Los jóvenes como nuevos sujetos políticos: los procesos de violencia, silencio político, indiferencia social son nuevos mecanismos de participación social y nuevas formas de mediación social.

La identidad juvenil se posiciona como igualdad en la diferencia: son iguales pero diferentes, son lo uno y lo otro.[12]

XII.- Bibliografía:

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Caputo, Luis (2000): Identidades trastocadas de la juventud rural en contextos de exclusión. Ensayando una reflexión sobre la juventud campesina paraguaya. Ponencia preparada para la reunión anual de Grupo de Trabajo de Juventud de CLACSO y el Instituto de Investigaciones sociales de la Universidad de Costa Rica. San José, Costa Rica.

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Morán, María Luz y Benedicto, Jorge (2008): Los jóvenes como actores sociales y políticos en la sociedad global. Pensamiento Iberoamericano no 3.

Muñoz, Germán (2006): La comunicación en los mundos de vida juveniles: Hacia una ciudadanía comunicativa. Tesis doctoral. Doctorado en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud. Universidad de Manizales, Colombia.

Natera Domínguez, Alfredo (2004): Trayectos y desplazamientos de la condición juvenil contemporánea. El Cotidiano, julio-agosto, año/vol. 20, número 126. Universidad Autónoma Metropolitana – Azcapotzalco. Distrito Federal, México.

[1] Documento presentado ante el VI Comité Técnico Consultivo del Informe Centroamericano sobre Seguridad Ciudadana. Managua 02 de junio del 2009.
[2] Consultor del Informe Nacional de Desarrollo Humano, PNUD. Doctorante en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud de la Universidad de Manizales, Colombia.
[3] Ver CEPAL: La juventud iberoamericana. Tendencias y urgencias, 2004.
[4] Ver CEPAL: La juventud iberoamericana. Tendencias y urgencias, 2004.
[5] Ver CEPAL: Nuevos desafíos con los y la jóvenes de Iberoamerica, 2008.
[6] Ver Dina Karuskopf: La construcción de políticas de juventud en Centroamérica, 2002. Para el caso concreto de Nicaragua ver Abaunza, Humberto y Solórzano Irela: Las reglas de juego, 1994.
[7] Ver Sandro Macassi Lavander: Culturas juveniles, medios y ciudadanías, 2001.
[8] Ver Michael Maffesoli: Jóvenes: en el tiempo de las tribus, 2004.
[9] Ver Germán Muñoz: La comunicación en los mundos de vida juveniles, 2006.
[10] Ver Colombia Joven: Estado del arte sobre el conocimiento producido sobre jóvenes en Colombia 1985 – 2003, 2004.
[11] Ver: Abaunza, Humberto y Solórzano, Irela: Una causa para rebeldes, 1995.
[12] Ver Humberto Abaunza: Desafíos de la juventud nicaragüense, 2005.

martes, 12 de mayo de 2009

Desarrollo Humano y Agencia Personal Juvenil

Humberto Abaunza - 03 febrero 09
Documento borrador - Equipo IDH

I.- Desarrollo Humano



El desarrollo humano está orientado a la creación de entorno social favorable para que las personas puedan desarrollar su potencial y su productividad y estar en condiciones de vivir la vida que ellos consideran válida.

El desarrollo humano amplía las opciones y la capacidad humana de las personas, contribuyendo a la expansión de la libertad, en particular, de escoger una vida digna.

El desarrollo de la capacidad humana crea condiciones para una vida sana y digna, para que las personas estén informadas, para generar recursos en función de una vida digna, para participar de las decisiones que afecten su vida y su comunidad.

El desarrollo humano es también una inversión en capital humano. Se invierte en habilidad que contribuya al desarrollo económico, pero también se invierte en la agencia personal, que incrementa las capacidades humanas que generan habilidades y contribuye a la libertad para incrementar las opciones, ejercer esas opciones y participar en la toma decisiones.

El desarrollo humano comparte visión con los derechos porque ambos están orientados a la expansión de la libertad.

II.- Agencia personal juvenil

La agencia personal se entiende como funcionamiento autónomo, competencia personal o capacidad de predicción y control.

Amartya Sen se refiere a la habilidad definir e incorporar metas, objetivos, acuerdos, obligaciones, actuar a parir de ellos, en base a unos valores específicos y a una idea del bien común.

Kabeer incorpora los conceptos de acción, intención, significado, motivación y propósito.
El concepto de ´agencia´ generalmente está relacionado con los conceptos de ´autoeficacia´ de Bandura; ´autonomía´ de Kagitcibasi; ´autodeterminación´ de Decy y Ryan; ´locus de control´ de Rotter y; ´autoregulación´ de Mischel y Shoda.

Generalmente se relacionan los conceptos de agencia y empoderamiento. La agencia es relacionada con el desarrollo interno, personal, con la capacidad de tomar en las propias manos el control de la propia vida. Mientras que el empoderamiento se relaciona con lo externo, el impacto y el cambio social. Un crecimiento del empoderamiento implica un crecimiento de la agencia personal.

Se destacan cinco características de la agencia personal: i) su carácter global y multidimensional; ii) el poder efectivo y capacidad de control; iii) la satisfacción individual y el bien común; iv) un conjunto de valores que orientan las conductas; v) la responsabilidad de los agentes.
Para Muñoz, la agencia es la capacidad de las y los jóvenes de producir sus propios mundos. Es decir, de producirse a sí mismos, de crear las formas de vida que ellos decidan, de actuar diferentemente a las prescripciones, de construirse como colectivo, con consciencia, como actor, con creatividad, pensando desde su propia cotidianidad y experiencia, desde las contingencias de un tipo de sociedad específica.

viernes, 27 de marzo de 2009

La política, la socialización y la ciudadanía juvenil

Humberto Abaunza Gutiérrez[1]
Diciembre del 2008 [2]


I. La política en el cambio de época.

Diversos autores, entre ellos, José de Souza Silva coinciden que estamos viviendo más un cambio de época que una época de cambios.[3] ¿Cuáles son esos cambios que están operando? Resumiendo a De Souza podemos enumerar:

Primero, la revolución de la tecnología de la información alteró las relaciones de producción. La información se volvió insumo y producto. Los productos, procesos y servicios más relevantes son los relativos al conocimiento. La productividad se deriva de la innovación tecnológica y la competitividad de la innovación institucional. El trabajador del conocimiento reemplaza al trabajador manual. El control sobre la propiedad intelectual es más importante que el control sobre la propiedad física. El capital es global mientras que el trabajo es local.

Segundo, también hay cambios en las relaciones de poder. El conocimiento lidera la fuerza y el dinero. Entra en crisis el Estado-Nación, se reduce su soberanía y autonomía y se instalan mecanismos supranacionales. La democracia representativa se transforma en el arte de engañar al pueblo. La ideología del Estado es reemplazada por la ideología del mercado. Se globaliza la sociedad civil para ejercer su influencia sobre cuestiones generadas a partir de la revolución sociocultural. En los sistemas políticos nacionales los que son electos no deciden y los que deciden no son electos.

Tercero, la forma como se vive la experiencia humana está bajo transformaciones profundas. El movimiento ambientalista propuso el concepto de desarrollo sostenible. El movimiento feminista cuestionó la autoridad del patriarcado y propuso una nueva relación entre los géneros. El movimiento GLBT[4] propuso nuevas formas de sexualidad. La nuevas tecnologías de información y comunicación y en particular el Internet hizo posible un nuevo mundo, que podemos conocer sin movernos, donde el tiempo histórico no cuenta, el espacio geográfico desaparece y las relaciones sociales cara a cara son innecesarias. El cuestionamiento a la ciencia dominada por el positivismo está generando nuevos paradigmas que cambiarán nuestra percepción sobre nosotros mismos y la forma como nos relacionamos entre nosotros y con la naturaleza. Al mismo tiempo, la experiencia humana y los bienes culturales están siendo comercializados. El turismo global es la industria del futuro. Ya no se paga para conocer lugares diferentes sino para sentir nuevas experiencias.

Cuarto, la cultura se está virtualizando. La realidad virtual se está imponiendo sobre la realidad real, el tiempo es atemporal, el espacio inmaterial, la historia sin secuencias. Valores e intereses son construidos sin referencia al pasado ni al futuro. Lo que aparece en las pantallas es lo real, no lo que experimentamos. Los que controlan los medios de comunicación se vuelven poderosos. Los padres prefieren comprar juegos electrónicos a sus hijos en vez de interactuar con ellos. La generación punto.com corre el riesgo de asumir que no será necesario caminar para conocer el mundo y transformarlo. Esto es muy conveniente para los poderosos.

Pero, ¿Cómo se manifiesta de manera particular estos cambios en la política? ¿Cómo desdibujarlo y comprenderlo?

Ángel Rodríguez[5] retomando a Percheron (1985) identifica algunos cambios en la política de las sociedades industriales, entre ellos: i) la transformación de los partidos políticos en maquinarias electorales; ii) la pérdida del carácter militante de los sindicatos y de las agrupaciones religiosas; iii) la transformación de la enseñanza institucionalizada como un espacio donde se presentan una diversidad de opciones y no como un espacio de adoctrinamiento político; iv) el enfrentarse ante una variedad de modelos y opciones por parte de los individuos; v) una nueva ética social que invita a cada individuo a tomar sus propias decisiones sin imposición ajena.

Por su parte Nobert Lechner[6] nos señala que en América Latina estamos asistiendo no sólo a cambios políticos, sino también a cambios de la política. De esta manera, el cambio de época, los cambios anteriormente descritos están conformando un nuevo contexto de hacer política. Hace falta una nueva concepción de la política, capaz de dar cuenta de los cambios en marcha.

La política se encuentra cuestionada, en sus decisiones cotidianas, en sus representaciones simbólicas y en su falta de estructuración y cohesión de la sociedad. ¿Por qué existe un desfase entre la política y la realidad social? ¿Por qué los partidos no logran elaborar pautas de orientación que articulen la diversidad social?

Lechner nos ofrece como respuesta, que el cambio cultural actual ha erosionado los mapas cognitivos y en particular las coordenadas del tiempo y el espacio, en tanto, variables socialmente construidas.

Por un lado, el espacio político se ha redimensionado. Primero, las escalas se han redefinido, la política tiene que actuar simultáneamente en varias escalas, que no siempre tienen un denominador común. Segundo, los límites se han reestructurado, las fronteras son tenues, la globalización produce segmentación, la política tiene dificultades para fijar límites, se vuelven confusos los límites entre lo político y lo no político. Tercero, las distancias se alteraron,

Por otro lado, el tiempo político se ha transformado. Primero, el tiempo se ha acelerado, debilitando la relación entre pasado, presente y futuro y, perdiendo la perspectiva histórica. Segundo, el presente se ha vuelto omnipresente, socavando la tensión entre duración e innovación, reemplazándola por un dispositivo de repetición. Tercero, lo inmediato se vuelve protagónico eliminando una visión de futuro que permita poner en perspectiva los acontecimientos. Cuarto, las temporalidades se diferencian y cada ámbito desarrolla dinámicas y ritmos propios que obedecen a programaciones internas.

Sin embargo, el fin de una forma de pensar y hacer política no significa la muerte de la política. Lechner nos propone tres elementos para reformular las coordenadas. En primer lugar, redimensionar las escalas, frente a las escalas grandes que producen sobre información, establecer escalas pequeñas capaces de ofrecer una visión del mundo. En segundo lugar, devolver la densidad simbólica a la democracia en tanto orden colectivo; En tercer lugar, renovar nuestra noción de futuro y en particular la perspectiva de futuro.

En esta búsqueda por repensar la política, rescatamos la hipótesis de Bustelo[7] en cuanto a que existen señales en América Latina de una creciente desilusión con lo privado que está abriendo posibilidades de lo público. Algunas de las razones son las siguientes: i) la distribución de la riqueza es un tema prioritario y no sólo la lucha contra la pobreza, por lo que el espacio de solidaridad social y responsabilidad pública deben expandirse; ii) demanda del carácter público de la educación, la salud y los distintos espacios públicos como ámbitos de democratización; iii) demanda de marcos regulatorios para la protección de sus derechos como usuarios y consumidores; v) demanda de marcos regulatorios de las economías privadas y de un poder judicial independiente; vi) la percepción de que el funcionamiento espontáneo de los mercados no resuelve los desafíos de la economía y, vii) la expansión demográfica incrementa la demanda de bienes públicos.

II. La inserción de los jóvenes en la sociedad.

Con este cambio de época descrito y con este cambio en la política cabe preguntarse ¿Qué tipo de inserción tienen los jóvenes en la sociedad? ¿Qué tipo de socialización política opera?

La socialización es definida como la inducción amplia y coherente de un individuo en el mundo objetivo de una sociedad.[8] La socialización política[9] se entiende como el proceso a través del cual el sistema político se produce así mismo, se modifica o se destruye. En este proceso, las nuevas generaciones son parte activa y no sólo receptoras de la educación política, en el mismo se negocia y se renegocia cada clausula del contrato social.

Ángel Rodríguez retoma a Greenstein (1965) quien utiliza el esquema tradicional de la comunicación para describir los elementos que intervienen en el proceso de socialización política: QUIEN, son las nuevas generaciones en la cuales es difícil precisar cuándo empieza la socialización política en sentido estricto. QUE, viene dado por el propio concepto de lo político, es decir, valores, actitudes, normas y conductas que están relacionados con la gestión, administración y gobierno de los asuntos de la comunidad, tiene que ver con el desarrollo de la conciencia política, así como con la orientación e información acerca del sistema político. DE QUIEN se aprende, de los agentes e instancias socializadoras. EN QUE CONDICIONES, son los procesos y las formas de adquisición de las predisposiciones a la acción política. CON QUE EFECTOS, los resultados del proceso, es decir, el modo y grado de politización del individuo que toma conciencia de sus obligaciones y derechos.

Sin embargo, las formas de socialización política ya no son tradicionales, hay nuevas formas de socialización política de los jóvenes.[10] Reguillo señala que se han desplazado hacia formas más fluidas, itinerantes, intermitentes que los vuelven más temibles y vulnerables a la vez. Los objetos de su solidaridad se diversifican hacia los territorios de la paz, la cultura, la sexualidad y participan con música, pequeñas colectas, actos individuales de generosidad o con la estridencia de manifestaciones masivas para volver después a la vida cotidiana sin interés en fundar un partido político.

Merelman citado por Rodríguez[11] propone un nuevo modelo de socialización política que él denomina socialización lateral, según la cual, la influencia le viene al individuo de forma horizontal, del grupo de pares y de otros ciudadanos que están a su mismo nivel. Las nuevas generaciones con una multitud de opciones diferentes, entre las que cada uno debe elegir bajo la propia responsabilidad y por propia dirección. La opción personal es la imagen que cada uno se forma acerca de cómo es y debe ser la sociedad.

Indiscutiblemente, como lo enuncia Sandro Macassi[12] un nuevo horizonte generacional se está configurando. ¿Cuáles son los aspectos que nos ayudan a comprenderlo?

Primero, la emergencia de las nuevas tecnologías de comunicación e información: los jóvenes actuales se encuentran conectados con el mundo a través de múltiples pantallas, interactúan con otros jóvenes de otras partes del planeta, privilegian el lenguaje audiovisual, hacen más uso de la tecnología que los adultos, la multimedia y el hipertexto son formatos distintos de conocimientos y son maneras distintas de conocer la realidad, está cambiando la forma de organizar y estructurar la comprensión del mundo y la manera de sentirlo, la telemática ofrece diversas y heterogéneas formas de vivir pertenencias grupales, su pertenecía a grupos culturales públicos (rock, pandillas, etc.,) y privados (amigos, esquina, universidad) se complementan y dialogan con otras tendencias culturales en Internet en los cuales se globalizan.

Segundo, los desplazamientos de la socialización vertical (padres, maestros) a la socialización lateral (amigos, pares) y la socialización lúdica (televisión): por un lado, los hermanos mayores, los vecinos y los amigos de juegos cumplen las funciones de soporte cognitivo y de orientación, por el otro, la televisión adquirió la responsabilidad del entretenimiento y la educación de los niños y jóvenes, al mismo tiempo que se situó como la fuente de aprendizaje social, ocupando un lugar predominante en la adquisición de las nociones de sociedad y comportamiento público.

Tercero, las transformaciones en la producción de conocimiento: el desplazamiento de la escritura racional a lo lúdico audiovisual, el consumo intensivo de la televisión por parte de los jóvenes hace que la imagen releve al mundo de la escritura, el uso del Internet y de los cd-rooms como fuente más precisa de conocimiento conlleva un cuestionamiento a la autoridad basada en el conocimiento enciclopédico, la escuela está en crisis por haber sido concebida a principios del siglo pasado cuando el lenguaje imperante y vivo de la sociedad era el escritural y por encontrarse en desfase frente a las necesidades culturales y ciudadanas actuales.

Cuarto, la cultura masiva y la cultura juvenil: los medios de comunicación han pasado a ser el vértice de la construcción de la cultura contemporánea y de la cultura juvenil en particular, el lenguaje audiovisual es el lenguaje preferencial de las y los jóvenes, nuevas sensibilidades juveniles surgen en la interacción con las nuevas tecnologías de información y comunicación.

Quinto, la juventud como modelo y como target del mercado: se amplía y diversifica la oferta del mercado donde los jóvenes son los consumidores y la juventud el modelo a seguir, sin embargo, la incorporación de las juventudes latinoamericanas al mercado se produce en el marco de la tercera revolución tecnológica, de desarrollo de tecnologías que despliegan la individualidad y con un gran peso en la información y la expresión cultural.

III. Las nuevas ciudadanías juveniles.

Para Roxana Reguillo[13], la ciudadanía es una categoría clave que se levanta precisamente como una mediación entre los sujetos y el Estado – Nación y a la vez les protege frente a los poderes del mismo. Es un complejo y delicado mecanismo de derechos y obligaciones que sirve para pautar reglas del juego y mantener el equilibrio entre la libertad y la seguridad.

La noción de ciudadanía fue elaborada desde mediados del siglo XX por Marshall quien prontamente estableció un modelo canónico de ciudadanía universal. Propuso que la noción de ciudadanía se constituiría a partir de tres tipos de derechos adquiridos de manera secuencial: los derechos civiles, políticos y sociales. Los derechos civiles corresponderían a aquellos que resultan necesarios para garantizar la libertad individual de las personas; los derechos políticos corresponderían principalmente a la posibilidad de elegir y ser elegido; y por último, los derechos sociales constituyen aquel nivel básico de seguridad y bienestar económico necesario para una adecuada cohesión social.
Reguillo argumenta que estos tres modelos de ciudadanía, a su vez generan diferente niveles de exclusión, desigualdad e injusticia.[14] La ciudadanía civil de los indígenas, homosexuales, jóvenes y mujeres está vulnerada frente al Estado. La ciudadanía política está restringida a las organizaciones partidarias que no admiten las acciones de la sociedad civil como elemento sustantivo para la decisión y participación política. La ciudadanía social está golpeada por la pobreza, la caída del nivel de vida, el desempleo y el abandono del Estado.

Al analizar la relación entre juventud y ciudadanía, y constatar las insuficiencias de la ciudadanía civil, política y social, Reguillo[15] propone pasar a un concepto más abierto, capaz de recoger la complejidad de los procesos. Se refiere a la ciudadanía cultural, que abre la posibilidad de pensar la relación entre agencia y ciudadanía.

Las temáticas de la identidad y la cultura han emergido como uno de los problemas relevantes en el proceso del debate público y la definición de la ciudadanía rompiendo con la hegemonía del discurso de las clases sociales como el único eje de la organización política del mundo.[16]

Podemos entender la ciudadanía cultural como aquella que se define desde la articulación del derecho a la organización, la expresión y la participación en el mundo, a partir de las realidades culturales.

Incorporamos aquí la propuesta de Nussbaum[17] en cuanto a ser ciudadanos del mundo. Para ella, el ciudadano del mundo debe aprende a desarrollar comprensión y empatía hacia las culturas lejanas y hacia las minorías étnicas, raciales y religiosas que estén dentro de su propia cultura. Además, deben desarrollar su comprensión de la historia y de la variedad de las ideas humanas sobre género y sexualidad.

Pero, ¿Cuáles son las disyuntivas en la inserción ciudadana de los jóvenes? Retomando a Sandro Macassi[18] destacaremos cuatro elementos que constituyen los ejes de tensión de la vivencia ciudadana de los jóvenes.

Primero, entre la construcción individual de su identidad y su inserción en la sociedad: se desarrolla un proceso de construcción de su identidad individual mediante la diferenciación del entorno familiar y la búsqueda de espacios, gustos y posturas propias. Este proceso entra en conflicto con su inserción en la sociedad porque cuando quieren ejercer sus derechos se dan cuentan que su voz no es escuchada, no hay una comunidad que los respalde y que los lleve a identificarse como ciudadanos.

Segundo, entre el reconocimiento como igual y la inequidad: conforme el joven participa en otros espacios se reconoce como igual a otros en la escuela, el barrio, el trabajo; en este proceso observa otras experiencias similares, otros jóvenes tienen las mismas conductas, los mismos problemas, etc, hay un proceso de construcción grupal; sin embargo, al mismo tiempo el joven vive experiencia de profunda inequidad, por el color de la piel, por su procedencia territorial, por la clase social, por el género, etc.

Tercero, entre la moratoria social y el ser sujeto de opinión: una disyuntiva que atraviesan los jóvenes en una búsqueda constante de autonomía, al mismo tiempo que experimentan dificultades frente a la responsabilidad; al mismo tiempo, algunas instituciones que trabajan con jóvenes se vinculan con ellos desde una perspectiva de moratoria social, es decir, son jóvenes y la tarea es convertirlos en adultos, lógicamente esto supone la negación de ellos como sujetos públicos capaces de decidir.

Cuarto, entre la participación simbólica y la militancia: la forma en que los jóvenes participan en la vida pública es más simbólica y fundamentalmente se realiza a través del consumo masivo, esta participación genera vínculos y grados de interés que no necesariamente desembocan en participación física; por otro lado, se mantiene un fuerte interés por conformar grupos y organizaciones juveniles; sin embargo, muchos jóvenes escapan de las organizaciones formales y privilegian las prácticas culturales.

IV. Diversas formas de presencia pública de los jóvenes nicas.

En este apartado enumero, a partir de la experiencia y de la observación, algunas formas de presencia pública de las y los jóvenes nicaragüenses.

La participación ecuménica en las Iglesias, tanto Católica como Evangélica, acapara el interés juvenil: retiros espirituales, acciones de apoyo a las “personas y comunidades menos favorecidas”, actividades deportivas y recreativas, tiempo y espacios para la convivencia y la música, son algunas de sus actividades.

El voluntariado juvenil, principalmente en organizaciones como la Cruz Roja (socorrista o en primeros auxilios), los Bomberos (aprendiz) y las organizaciones ambientalistas (promotor, limpieza de playas, conciertos de sensibilización, etc.).

La actividad política vinculada a un partido político específico, ya sea como activista, cuadro intermedio de una organización específica, de un territorio o líder nacional de una de las organizaciones juveniles del partido político.

Las agrupaciones juveniles orientadas a promover el talento juvenil o una actividad específica: deporte, música, teatro popular, danza, artesanía, muralismo, etc.

Los programas de juventud con la finalidad de promocionar los derechos de las y los jóvenes: derechos sexuales y reproductivos, derechos políticos, derechos sociales y ciudadanos.

Las redes juveniles que aglutinan a jóvenes organizados y no organizados dedicados a analizar su propia realidad local y comunitaria, establecer prioridades y propuestas de acción, generar diálogos con las autoridades de sus localidades, participar en la gestión y demandar la rendición de cuentas de la gestión municipal.

Los nuevos movimientos juveniles: el movimiento de jóvenes ambientalista, el movimiento juvenil indígena, el movimiento de jóvenes negro y afro-descendiente, el movimiento de jóvenes homosexuales.

Los jóvenes comunicadores de las radios locales, de los sistemas de televisión por suscripción, de las organizaciones sociales y de los movimientos y agrupaciones juveniles.

La práctica y la competencia de deportes extremos: skate board, motocross, canopy, surf, buceo, snorkeling, senderismo, rappel, cuerdas bajas y altas, así como campamentos juveniles al aire libre.

Otras manifestaciones juveniles son; el grafiti, los tatuajes, los Djs, el rock juvenil, el rap social, el hip hop, el chateo juvenil, los agüizotes, las comunidades virtuales, la producción de blog, los autos decorados y modificados, las marchas por la democracia, la defensa de los Concejos de Poder Ciudadano, las pandillas, la violencia juvenil. En fin, un caleidoscopio de formas juveniles, de intereses, de sensibilidades, de maneras de representar, vivir y expresar el ser joven hoy en Nicaragua.

V. A manera de cierre.

En la actualidad, la discusión de la ciudadanía se coloca en el contexto de la globalización, el cambio de época y el cambio del modelo cultural[19].

La política está cambiando. Se habla de la banalización de la política. Maffesoli[20] nos expone la transfiguración de lo político y la importancia de lo informal. El mundo de la política no es lo mismo. Se habla de la política como el lugar de gestión de las pequeñas cosas y no de los grandes cambios. La política como el lugar de las mediaciones.

La ciudadanía es un concepto histórico. En la actualidad está en un proceso de construcción y diálogo. Ser ciudadano ha sido una concesión que el Estado hace a una persona que antes no era ciudadano. Sin embargo, estamos viendo un desplazamiento que pone en cuestión a la ciudadanía entendida como derechos plasmados en un estatus jurídico protegido por el Estado. El principal cuestionamiento es que los derechos son sólo títulos. El Estado no ha garantizado los derechos. El hecho inédito es que se está cuestionando una categoría que antes no era cuestionable.

Frente a una ciudadanía entendida como un regalo que coincide con la mayoría de edad, surge una posición que recoge la cotidianidad personal y la interacción, no se pide permiso, se ejerce la ciudadanía, me encargo de vivir como ciudadano, la calle es mía. Es la ciudadanía entendida como prácticas y actuaciones en lo público desde un enfoque de Agencia y no sólo de derechos y deberes. Agencia como capacidad de producirse a sí mismo y crear sus propias formas de vida, de construirse como colectivo, desde las nuevas sensibilidades, construyendo otros mundos posibles, desde la contingencia de una sociedad específica.

Nuevas prácticas, actores y escenarios (voluntariado juvenil, la música, el consumo, el graffitti, parches, grupos étnicos, GLBT, nuevos movimientos sociales, cabildos indígenas, nuevas propuestas de convivencia, uso del cuerpo) están produciendo nuevos conceptos (nuevas ciudadanías, otras ciudadanía, múltiples ciudadanías, ciudadanías policéntricas, ciudadanía cultural, ciudadanía infantiles, ciudadanías cibernéticas).

Esta es una reflexión que inicia, múltiples interrogantes surgen, entre ellas: ¿Cómo resignificamos el concepto de ciudadanía? ¿Cuál es la relación actual entre ciudadanía y política? ¿Es la movilización por los derechos un espacio de construcción de ciudadanía? ¿La presencia de los jóvenes en espacios públicos es ejercicio de ciudadanía?

VI. Bibliografía

Ángel Rodríguez: Capítulo 5: Socialización política. En Psicología política. Madrid, Ediciones Pirámide, S.A. 1988.

Berger, P.L. y Luckman, T: La sociedad como realidad subjetiva. En: La construcción social de la realidad. Buenos Aires. Amorrortu Editores, 2003. Pp 162-231.

Eduardo Bustelo: Expansión de la ciudadanía y construcción democrática. En: Bustelo, E. y Minujin, (ed.): Todos entran, propuesta para sociedades incluyentes. Bogotá. Santillana, 1998. pp. 237-277.

Guy Bajoit y Abraham Franssen: Les Jeunes dans la Compétition Culturelle, Sociologie d´aujourd´hui, PUF, 1995.

José de Souza Silva: ¿Una época de cambio o un cambio de época? Elementos de referencia para interpretar las contradicciones del momento actual. Boletín ICCI, RIMAY. Año 3, No 25, abril del 2001. http://icci.nativeweb.org/boletin/25/souza.html.

Juan Sandoval: Ciudadanía y juventud: el dilema entre la integración social y la diversidad cultural. Ultima Década No 19, CIDPA, Viña del Mar, 2003.

Martha Craven Nussbaum: Ciudadanos del mundo. En: Nussbaum M. (2005) El cultivo de la humanidad. Una defensa clásica de la reforma en la educación liberal. Barcelona: Paidós Ibérica. p.p. 338 ISBN 84-493-1770-3. Original en inglés publicado en 1997.

Michel Maffesoli: La transfiguración de lo político. La tribalización del mundo postmoderno. México, Editorial Herder, 2005.

Norbert Lechner: El malestar con la política y la reconstrucción de los mapas políticos. En: Winocur, R. (Compilación). Culturas políticas a fin de siglo. México. Juan Pablo Editor, S.A. 1997. (pp 15 – 35).

Roxana Reguillo: Ciudadanías juveniles en América Latina. Revista Ultima Década No 19. CIDPA, Viña del Mar, 2003.

Sandro Macassi Lavander: Culturas juveniles, medios y ciudadanías. El nuevo horizonte generacional y las disyuntivas de la inserción de los jóvenes en la sociedad. Centro de Investigación de la Asociación de comunicadores Sociales Calandria. Lima, Perú. 2001.

[1] Ensayo presentado como trabajo final del eje Desarrollo Humano Integral de la Niñez y la Juventud. Segundo semestre del 2008.
[2] Estudiante Séptima Cohorte. Doctorado Ciencias Sociales, Niñez y Juventud. CINDE – Universidad de Manizales, Colombia.
[3] José de Souza Silva: ¿Una época de cambio o un cambio de época? Elementos de referencia para interpretar las contradicciones del momento actual. Boletín ICCI, RIMAY. Año 3, No 25, abril del 2001. http://icci.nativeweb.org/boletin/25/souza.html
[4] Movimiento gay, lésbico, bisexual y transexual.
[5] Ángel Rodríguez: Capítulo 5: Socialización política. En Psicología política. Madrid, Ediciones Pirámide, S.A. 1988.
[6] Norbert Lechner: El malestar con la política y la reconstrucción de los mapas políticos. En: Winocur, R. (Compilación). Culturas políticas a fin de siglo. México. Juan Pablo Editor, S.A. 1997. (pp 15 – 35).
[7] Eduardo Bustelo: Expansión de la ciudadanía y construcción democrática. En: Bustelo, E. y Minujin, (ed.): Todos entran, propuesta para sociedades incluyentes. Bogotá. Santillana, 1998. pp. 237-277.
[8] Berger, P.L. y Luckman, T: La sociedad como realidad subjetiva. En: La construcción social de la realidad. Buenos Aires. Amorrortu Editores, 2003. Pp 162-231.
[9] Ángel Rodríguez: obra citada.
[10] Roxana Reguillo: Ciudadanías juveniles en América Latina. Revista Ultima Década No 19. CIDPA, Viña del Mar, 2003.
[11] Ángel Rodríguez: obra citada.
[12] Sandro Macassi Lavander: Culturas juveniles, medios y ciudadanías. El nuevo horizonte generacional y las disyuntivas de la inserción de los jóvenes en la sociedad. Centro de Investigación de la Asociación de comunicadores Sociales Calandria. Lima, Perú. 2001.
[13] Roxana Reguillo: obra citada.
[14] Roxana Reguillo: obra citada.
[15] Roxana Reguillo: obra citada.
[16] Juan Sandoval: Ciudadanía y juventud: el dilema entre la integración social y la diversidad cultural. Ultima Década No 19, CIDPA, Viña del Mar, 2003.
[17] Martha Craven Nussbaum: Ciudadanos del mundo. En: Nussbaum M. (2005) El cultivo de la humanidad. Una defensa clásica de la reforma en la educación liberal. Barcelona: Paidós Ibérica. p.p. 338 ISBN 84-493-1770-3. Original en inglés publicado en 1997.
[18] Sandro Macassi: obra citada.
[19] Tomando como referencia la hipótesis de Guy Bajoit y Abraham Franssen de que estamos viviendo una mutación cultural, caracterizada por el paso de un modelo cultural basado en la razón social a otro fundado sobre la autorrealización autónoma. Ver el libro de estos autores titulado: Les Jeunes dans la Compétition Culturelle, Sociologie d´aujourd´hui, PUF, 1995.
[20] Michel Maffesoli: La transfiguración de lo político. La tribalización del mundo postmoderno. México, Editorial Herder, 2005.

Desafios.te.ve: Un programa de jòvenes para jòvenes

Humberto Abaunza Gutiérrez [1]
Junio del 2008 [2]

I.- A manera de introducción

El presente ensayo se divide en tres partes: en la primera, se hace una descripción del proyecto de comunicación de jóvenes a jóvenes Desafios.te.ve; en la segunda, se explica brevemente los fundamentos conceptuales sobre los cuales se construyó la experiencia y; en la tercera, se reflexiona sobre la experiencia y sus fundamentos a partir del Campo Educación, Comunicación, Cultura.

II.- Desafios.te.ve: la experiencia

Una muchacha de 19 años, flaca, con anteojos, viste jean, cotona, tenis, un poco desgarbada, aparece en la pantalla de la televisión y hace el primer llamado público de Desafíos.te.ve:
''!Hola juventud de Ocotal, Estelí, Boaco, Chinandega y Jinotepe!. Tenés algo que decir acerca de tu comunidad, tu escuela, tu universidad o sobre vos mismo?. Nosotros te ofrecemos este espacio para que nos contés lo que pensás, tus ideas, tus necesidades, tus propuestas y tus soluciones. !Vení contanos, a nosotros nos interesa porque Desafíos Te.Ve!''

Desafios.te.ve irrumpió en la palestra pública y mediática como ¡Una manera de desafiar!: Desafiar los prejuicios y estigmas negativos acerca de la juventud. Desafiar con otra imagen de juventud en los medios de comunicación. Desafiar a una sociedad acostumbrada y conforme con recibir noticias e imágenes de las y los jóvenes como problema social y como consumidores. Desafiar a las personas adultas a reconocer y valorar a las y los jóvenes. Y desafiar a muchachas y muchachos a hacer un análisis crítico de su propia situación y condición, a decir lo que piensan, sus necesidades y sus propuestas en un espacio público construido desde y para ellos.

Desafios.te.ve surgió a finales del 2003 por iniciativa de Fundación DESAFIOS[3] como un programa de televisión y como una estrategia de comunicación con el propósito de reconocer y hacer visible los aportes que hacen muchachas y muchachos a sus comunidades, barrios y al país.
Como programa de televisión Desafíos.te.ve tiene un formato de revista juvenil, pregrabada, de treinta minutos de duración. A lo interno se compone por: Entrada (que da conocer el contenido y conceptualiza el tema a ser abordado); Música (tema exitoso del momento); Reportaje (esencia del programa a partir de vivencias y experiencias de jóvenes sobre un tema, situación o problemática específica); Diálogo (otros jóvenes debaten sobre el tema del reportaje); Música (programada a partir de las peticiones de las y los televidentes); Notijoven (resumen de noticias del quehacer juvenil a nivel nacional); Notifarándula (resumen de noticias del mundo de la farándula); Salida (últimos comentarios en relación al tema abordado) y Música (dedicada a una persona televidente que ha escrito al programa).

Para Desafios.te.ve los escenarios son las diversas localidades donde viven y se relacionan las y los jóvenes; las historias la constituyen la vida de muchachas y muchachos y; los actores son los propios jóvenes.

Como estrategia de comunicación, Desafios.te.ve incorpora diversos componentes con el propósito de crear un soporte social favorable a la acción de las y los jóvenes. Los distintos componentes son: i) Producción de la revista televisiva juvenil Desafios.te.ve; ii) Producción de documentales sobre la situación de las y los jóvenes nicas; iii) Producción de “cortos” en formato Desafios.te.ve-Express; iv) Transmisión a través de canal abierto de cobertura nacional, canal UHF y en una red de 27 sistemas de televisión por suscripción en todo el país; v) Red de Jóvenes Comunicadores que forma parte del Concejo Editorial, quienes sugieren contenidos, recomiendan locaciones y desempeñan el rol de presentadores locales; vi) Escuela de Dinamización Comunicacional que capacita a jóvenes de la Red y de los Sistemas de Televisión por suscripción en diversos temas de comunicación, así como en contenidos relacionados con un enfoque generacional y de género para fortalecer sus capacidades de análisis crítico respecto a su situación como jóvenes; vii) Alianzas con periodistas, corresponsales y propietarios de medios escritos, radiales y televisivos a fin de establecer diálogo y análisis de la realidad juvenil, así como motivarles abordar la juventud bajo un enfoque propositivo; viii) Vínculos con las facultades de comunicación de las universidades; ix) Presencia en otros medios de comunicación; x) Alianza con agrupaciones juveniles y con artistas locales y nacionales; xi)Uso del Internet: producción y distribución de la revista electrónica E-desafíos, desarrollo del sitio web http://www.fundacióndesafios.org/ y transmisión on-line de los producidos.[4]

Desafios.te.ve como programa de televisión y como estrategia de comunicación se articula en el marco de una estrategia institucional de Fundación DESAFIOS orientada a promover la ciudadanía y el empoderamiento juvenil a través de: i) la participación juvenil en las políticas públicas nacionales y locales; ii) el desarrollo de las capacidades del liderazgo juvenil; iii) la comunicación para el cambio social entre jóvenes y; iv) la producción y diseminación de conocimientos en materia de juventud.

A la fecha, Desafios.te.ve ha producido y transmitido 138 programas sobre la situación de los y las jóvenes nicas (empleo, pureras, La Carpio, encuesta sobre la situación de los jóvenes, jóvenes con capacidades diferentes, rumbo a clases, amigos con derechos); las mujeres jóvenes (protagonismo, agenda, acciones, libros, plan de vida, madres solteras, semblanza de la mujer nica, perfil de una campeona de tenis, la fiebre del mundial en mujeres jóvenes, perfil de una artista caribeña, empoderamiento político y económico de las mujeres); el voluntariado juvenil (voluntarios en Semana Santa, los jóvenes en la iglesia y el arte, bomberos juveniles); la acción juvenil (Red de Jóvenes Unidos por Centroamérica, foro de juventud, alianza jóvenes y adultos, Foro Social Mundial, Feria de la Tierra); la cultura juvenil (graffittis, brake dance, tatuaje, rock, identidad, escuela de talentos, cultura gltb, skate board juvenil, cultura juvenil nocturna, perfil de un artista joven, diversidad en la cultura joven, e-generación, artesanos de Solentiname, deportes extremos); la ciudadanía juvenil e incidencia política (rendición de cuentas, autoridades jóvenes, jóvenes en los procesos electorales, Escuela de Liderazgo Juvenil, Foro Nacional de Juventud, Plan Municipal de Juventud, elecciones municipales, juventud y partidos políticos, Foro nacional de jóvenes rurales); la comunicación (jóvenes comunicadores, jóvenes y tics, telebasura, chateo juvenil, proyectos de comunicación juvenil, el cine como aporte al debate de la diversidad); la cultura nacional (los agüizotes, la Purísima, Santo Domingo de Guzmán) y la prevención del VIH-SIDA (situación del VIH-SIDA, personas conviviendo con VIH, experiencias de trabajo en VIH, reconocimiento al trabajo de juventud de VIH-SIDA, soporte social ante el VIH).[5]

Desafios.te.ve ha contribuido al intercambio de experiencia entre jóvenes de diferentes comunidades –organizados y no organizados- permitiéndoles un acercamiento a otras realidades, sus protagonistas, sus ideas y soluciones. En segundo lugar, ha hecho visible las prácticas positivas en las cuales las y los jóvenes participan, reconociendo el aporte que brindan a sus comunidades. Y en tercer lugar, ha reunido a jóvenes de diferentes municipios de Nicaragua y de diversos países de Centroamérica para dialogar, poner en común su situación y analizar sus contextos particulares.

¿Cómo y de qué manera el proyecto contribuye al empoderamiento del liderazgo juvenil? Ha sido la pregunta general que ha guiado el monitoreo y evaluación de la experiencia. Acompañada por preguntas específicas orientadas a indagar si los jóvenes tienen mayores fortalezas[6] en sus derechos y nuevas oportunidades en sus comunidades; si han crecido las fortalezas[7] de las autoridades locales en materia de juventud; si ha habido efectos en el crecimiento personal y si la experiencia tiene la oportunidad de transformarse, volverse independiente y permanente.
Desafios.te.ve ha aprendido que la televisión es un hecho de la vida cotidiana de las y los jóvenes nicas. La juventud urbana ha sido socializada en la imagen. Es un proceso y no una conclusión. En el ámbito local, la televisión debe contar lo que pasa hoy, lo que sucede con la gente y su realidad, hablar más de la gente con sus historias que de las historias en sí mismas, reconocer el aporte juvenil y las buenas prácticas juveniles, porque cada joven es una historia autónoma en sí misma que puede construir un relato.

Cuestionar la idea de que la juventud es el futuro y promover que la juventud es el presente; incubar el concepto de que la juventud es también el tiempo para la reflexión y la acción y no sólo el tiempo para la experimentación y el ludismo; reconocer que en el trabajo con juventud los jóvenes tienen que sentirse eficaces individualmente (Yo soy capaz de…) y colectivamente (Nosotros somos capaces de…); construir alianza entre personas jóvenes y adultas reconociendo la desigualdad de poderes, sensibilizándose sobre los mutuos estigmas, definiendo responsabilidades claras para adultos y jóvenes, fueron premisas corroboradas por Desafios.te.ve.

A finales del 2004, una encuesta realizada por Fundación DESAFIOS en ocho municipios del país evidenció que el 13% de jóvenes entre 15 y 29 años miraban Desafios.te.ve.[8] En el 2005, Desafios.te.ve fue seleccionado por BID-Juventud y Master Card como uno de los mejores proyectos latinoamericanos en la categoría de Tecnologías de Información y Comunicación. Finalmente, una evaluación externa del proyecto declaró: “el programa Desafíos.te.ve logró que jóvenes comunicadores y directores de medios valorizaran el aporte que brinda la juventud y permitió su posicionamiento en los medios locales”.[9]

III.- Los Fundamentos de la experiencia

Desde su incubación Desafios.te.ve se adscribió al nuevo paradigma de la Comunicación para el Cambio Social,[10] desde el enfoque de Entretenimiento Educativo.[11] Entendiendo la comunicación como un proceso de diálogo público y privado a través del cual las y los jóvenes definen quiénes son, cuáles son sus aspiraciones, qué es lo que necesitan y cómo pueden actuar colectivamente para alcanzar sus metas y mejorar sus vidas.[12] Y entendiendo cambio social como un cambio positivo en la vida de los jóvenes y sus comunidades.

El libro “Haciendo Olas” de Alfonso Gumucio nos mostró a través de 50 experiencias, cómo la gente que vive en comunidades muy pobres en los cuatro rincones del planeta, pueden tomar en sus manos sus propias historias de vida y cambiar las circunstancias de su pobreza, discriminación y exclusión.[13]

Mientras que Silvio Waisbord en su trabajo sobre las teorías, metodologías y estrategias de comunicación para el desarrollo[14] nos permitió entender cómo la comunicación para el desarrollo se convirtió en una ciencia para la producción de mensajes.

Mientras tanto, la Comunicación para el Cambio Social nos propone contribuir a los procesos de toma de decisiones y de acción colectiva para hacer más eficientes a las comunidades, y fortalecer los contextos de la comunicación.[15] En consecuencia, la Comunicación para el Cambio Social se nos presenta como una manera de pensar y una forma de actuar. Su fuerza reside en la capacidad de diálogo y debate, conocimiento de la cultura, acceso a los medios, comprensión y construcción de relaciones y el fortalecimiento de la capacidad local para el trabajo comunicacional, antes que depender de recursos externos para implementar las actividades cotidianas de comunicación.[16]

De los trabajos de Albert Bandura tomamos los conceptos de Eficacia Individual (Yo puedo…), Eficacia Colectiva (Nosotros podemos…) y Soporte Social como premisas esenciales en el trabajo desde, con y para las y los jóvenes.[17]

Finalmente, a partir del trabajo de Maxime Molineaux[18] dimensionamos cómo el trabajo de DESAFIOS y de cada uno de sus componentes contribuían al progreso de los Derechos Humanos de tercera generación en la población joven.

Resumiendo, hemos hecho un breve recorrido de los fundamentos conceptuales a partir de los cuales se ha venido construyendo la experiencia de Desafios.te.ve. A estos habría que agregar las experiencias institucionales que hemos tomado en cuenta, en particular la de la Fundación Puntos de Encuentro de Nicaragua[19] y la Soul City de Sudáfrica,[20] así como las experiencias comunicacionales de muchachas y muchachos de las diferentes localidades del país.

IV. Repensando la experiencia y sus fundamentos desde el campo ECC
En este apartado intento exponer las reflexiones que me generaron sobre la experiencia de Desafios.te.ve y sus fundamentos a partir de lo expuesto sobre el campo Educación, Comunicación y Cultura.

Primero, nos confirma el valor de la experiencia como fuente de poder y de conocimiento. Nos hace un llamado a sistematizar y teorizar nuestra propia experiencia. A que se desarrolle la capacidad de interrogación. Pero, ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo construyo teoría desde mi práctica? Zemelman nos diría citando a Lakatos atreviéndose a pensar en contra de una verdad establecida y añadiría que pensar no solamente tiene que ver con el pensamiento analítico, sino también con la intuición, asumiéndonos como sujetos que damos cuenta, que resignifica el lenguaje, pero también su propio acumulado conceptual.

Segundo, tomando en consideración que nuestra experiencia hace un uso intensivo de las nuevas tecnologías de la comunicación (televisión, internet, chat, revista electrónica, etc.), una preocupación central debería ser poner atención a lo que está pasando en la vida de estos jóvenes vinculados al uso de estas tecnologías. En palabras de Marco Raúl Mejía ¿Cómo la apropiación de lo tecnológico incide en la cultura de muchachas y muchachos? ¿Cuál es el sentido de lo tecnológico para estos jóvenes? Y las consecuencias que estos cambios tecnológicos y estos cambios culturales tienen en sus contextos, en sus relaciones con las personas adultas, con las organizaciones que les brindan soporte social y con sus pares que no acceden a estas tecnologías.

Tercero, nuestra experiencia y nuestro trabajo están en correspondencia con los signos de la sociedad contemporánea en tanto estamos construyendo redes: redes de jóvenes, redes de comunicadores juveniles, redes de organizaciones de la sociedad civil que trabajan en juventud, red centroamericana, red de sistemas de televisión por suscripción. Contribuyendo de esta manera a la densidad de la comunicación a través de muy diversos medios, generando nuevos conocimientos, sensibilidades y sentidos. Pero, ¿Cómo se construye una red? ¿Cuáles son los retos programáticos, funcionales, relacionales? ¿Cómo se comparten los créditos, los liderazgos, etc.? Son algunas de las interrogantes pendientes de respuesta.

Cuarto, en el ámbito político relacionamos las formas de representación (organización juvenil, agendas jóvenes, foros de juventud, etc.) con las formas de inclusión[21] (conciertos musicales por la transparencia y la participación juvenil, documentales sobre las iniciativas juveniles, apropiación de espacios públicos), como nuevas formas de ciudadanías juvenil, pero debemos poner en el centro de esta reflexión la capacidad de agencia[22]de los y las jóvenes, es decir, su capacidad de actuar diferentemente a la prescripción, pensado desde su propia cotidianeidad y experiencia de vida, con potencia para definir mundo de vida en ls cuales exista libertad y comunicación, con capacidad de crear.

Quinto, en términos de educación y comunicación, nuestra apuesta ha sido el Entretenimiento Educativo.[23] Esta perspectiva de la comunicación es el proceso de diseño e implementación de mensajes con la finalidad de entretener y educar, incrementando en la audiencia el conocimiento sobre un tema educativo, creando una actitud favorable y cambios en su comportamiento.

Desafios.te.ve como programa de televisión promueve en los jóvenes a un rol más de productores que de consumidores. Mientras que Desafios.te.ve como estrategia de comunicación está más orientada a aprovechar los distintos espacios comunicativos para que sean más productivos, inteligentes, críticos[24] y proactivos construyendo un soporte social para las y los jóvenes.

Sin embargo, pensar en la dimensión educativa de esta experiencia es todavía un tema pendiente. Como sugiere Guillermo Orozco pensar el programa educativo frente a la televisión y cómo construir alianzas con las televisoras, canales, programas y profesionales de la comunicación para anclar propuesta proactivas hacia el mundo juvenil.

Finalmente, pienso que hay que colocar la experiencia de Desafios.te.ve como una experiencia de construcción de una contrapropuesta, en términos de poderes comunicacionales y de locus de enunciación, a través de redes de jóvenes y de redes de sistemas de televisión por suscripción. Dicho en otras palabras, frente al imperio de la telebasura y de las imágenes de jóvenes como delincuentes, pandilleros y desadaptados, emerge una contrapropuesta que visibiliza y reconoce el aporte de las y los jóvenes a sus comunidades y al país y crea un soporte social para que los propios jóvenes construyan sus propias estrategias de comunicación.

[1] Ensayo presentado como trabajo final del eje de Educación/Comunicación/Cultura. Primer semestre de 2008.
[2] Estudiante séptima cohorte del Doctorado en Ciencias Sociales. Niiñez y juventud. Universidad de Manizales – CINDE, Colombia.
[3] Fundación DESAFIOS es un organismo no gubernamental fundado en 1996 con el propósito de contribuir al empoderamiento del liderazgo juvenil nicaragüense.
[4] Para mayor información consultar los siguientes sitios web: http://www.fundacióndesafios.org/; http://volensamerica.org/Encuentro-con-la-Fundacion,1455.html?lang=es; http://www.joveneslac.org/portal/modules.php?op=modload&name=PagEd&file=index&topic_id=21&page_id=4579; http://www.comminit.com/en/node/68360;
[5] Este no es un inventario exhaustivo de todos y cada uno de los programas producidos y transmitidos por Desafios.te.ve, pero sí una muestra representativa de los mismos.
[6] Se usa la palabra “fortalezas” en el sentido de mayor conocimiento sobre sus derechos, uso de los mecanismos institucionales de demanda de derechos, ejercicio de sus derechos.
[7] Conocimiento sobre la situación de las y los jóvenes, sensibilidad ante la problemática juvenil y destrezas para dialogar con los jóvenes y actuar conjuntamente.
[8] Fundación DESAFIOS: Encuesta sobre la situación social y la participación de la juventud popular urbana nicaragüense. Managua, 2005. El universo de la encuesta estuvo dirigida a personas jóvenes de ambos sexos, entre 15 y 29 años de edad cumplidos, en ocho ciudades cabeceras departamentales del país. El tamaño de la muestra fue de 1532 cuestionarios válidos.
[9] Suarez, Aurora: Evaluación externa del proyecto de liderazgo juvenil de Fundación DESAFIOS. Managua, 2005.
[10] http://www.communicationforsocialchange.org/
[11] Ver el libro de Arvind Singhal y Everett Rogers: Entertainment.-education: A Communication Strategy for Social Change, publicado en 1999 por Lawrence Erlbaum Associates.
[12] Ver el documento del Consorcio de Comunicación para el Cambio Social en: http://www.communicationforsocialchange.org/publications-resources.php?id=113
[13] El libro de Alfonso Gumucio Haciendo Olas puede bajarse en: http://www.communicationforsocialchange.org/publications-resources.php?id=223
[14] Ver el trabajo de Silvio Waisbord Family Tree of Theories, Methodologies and Strategies in Development Communication: http://www.communicationforsocialchange.org/publications-resources.php?id=105
[15] Ver el texto de Denis Gray: Communication for Social Change. A Position Paper and Conference Report, January 1999.
[16] Ver el texto de Alfonso Gumucio: Comunicación para el cambio social, claves para el desarrollo participativo.
[17] En especial los siguientes trabajos de Albert Bandura: Social learning theory, Prentice Hall, 1977 y Self-efficacy: The exercise of control, W.H Freeman, 1977.
[18] http://www.bibliojuridica.org/libros/4/1839/22.pdf
[19] http://www.puntos.org.ni/default.php
[20] http://www.soulcity.org.za/programmes/the-soul-city-series
[21] En el sentido que Roxana Reguillo cuando se refiere a las nuevas ciudadanías.
[22] Según lo propuesto por Germán Muñoz el agenciamiento es la capacidad de producirse a sí mismo y crear las formas de vida que ellos decidan. Es la capacidad de consciencia y de poder actuar diferentemente; de construirse como colectivo en una relación comunicativa; desde las nuevas sensibilidades; construyendo otros mundos posibles, dentro de las contingencias de un tipo es sociedad específica.
[23] En el sentido de los trabajos de Singhal y Rogers
[24] En el sentido expresado por Guillermo Orozco en su exposición en el doctorado.